sábado, 25 de septiembre de 2010

TOMÁS GÓMEZ: EL NUEVO PEDRO EL ERMITAÑO

D. Tomás, barón de Parla, se ha convertido en un fenómeno político-partidista que no solamente va a dar mucho de qué hablar, sino que se barrunta como un punto y aparte en la política partidista-profesional de este país.

Su elevación a las más altas cotas de popularidad periodística se debe y se explica por diversas razones, pero una de ellas, a nuestra opinión, es la de haber devuelto a las clases más humildes de las cortes partidistas, las bases de los partidos políticos profesionales, la esperanza de que son algo más que palanganeros del líder; les ha devuelto la esperanza en recobrar la dignidad que jamás debieron haber perdido.

El Barón de Parla se ha enfrentado contra su dueño y Señor, el Príncipe monclovita y esto, naturalmente ha sido recibido como una afrenta en el Castillo Ferrazino, tomado como una acción indigna en un caballero zpcejariano. El resto de caballeros/damas obedientes y sumisos como perros falderos al único Señor se han lanzado al galope contra el caballo del Barón, pero, hete aquí, que éste no cabalga solo, porque además de los escuderos y sargentos que le acompañan, como es merced en el trotar del señorío, el Barón se ha hecho acompañar de la mesnada de afiliados pesoistas que, hartos de ciertas cosas y señores, han decidido que el Barón parleño es la alternativa.

Un David contra Goliat es D. Tomás contra D. José Luis. Pero en este caso, no va armado con una honda, sino con la decencia, la justica y la dignidad. Primero porque D. Tomás, ex alcalde de una modesta y mediana ciudad, ganó las elecciones, por dos veces consecutivas, con su sólo carisma y buen hacer, siendo nombrado el alcalde más votado del Reino (¿Por qué no le ofrecieron a él la alta dignidad de la F.E.M.P.; y se la dieron en bandeja al caduco D. Pedro?) Pero, además y más importante, D. Tomás ha tomado como piedra arrojadiza lo que la gran mayoría de los políticos había olvidado: que el poder emana del Pueblo; traducido al ámbito partidista-profesional: que las bases de afiliados son las que tienen el poder, y no los líderes, los cargos y los compromisarios.

El Barón ha dicho y hecho, claramente, que la Base tiene que decidir. Y esto ha sido considerado alta traición en el Castillo Ferrazino. Inmediatamente después de que D. Tomás comenzara su avance lento y ceremonioso, ataviado con su espada, capa y montado en su caballo de batalla, desde las almenas del Castillo pesoista comenzaron a lanzar toda suerte de dardos, saetas y flechas; la mayoría envenenadas. Como no consiguieron frenar el avance, armaron a la hidalga Dña. Trinidad, paracaidista reconocida, dotándola con toda suerte de viandas y parabienes, incluyendo las más poderosas máquinas de asedio que la cortesana Dña. Leire encontró en los sótanos ferrazinos. Pero como tampoco le han frenado, todo lo contrario, al igual que pasara con el célebre Pedro el Ermitaño, todo el pueblo llano se ha unido en torno al nuevo caudillo de la libertad y la dignidad en un curioso ejército armado exclusivamente con el deseo de que todo ha de cambiar.

Pero el problema con D. Tomás para la corte Zpeista no radica sólo en el Marquesado madrileño, sino que amenaza con trasladar la peste libertaria a otros condados y marquesados. Por eso, desde el Castillo ferrazino se están habilitando soldados y armas para luchar contra cualquier intento de Primarias. Por ejemplo en el reino de Valencia, donde otro díscolo caballero, perteneciente a la antigua orden pesoista, se enfrenta con la corte zapateril solamente porque desea democracia interna.

Mal, muy mal lo llevan en el Palacio Monclovita. Todos dicen que, pase lo que pase, quien gana es D. José Luis “el mentiroso”; pero lo cierto es que cada jornada que pasa, se rebela más claramente que en el PSOE de ZP no hay democracia sino férrea sumisión de cuerpos y almas al líder único. Y que todos los intentos de democratizar el partido son vilmente calumniados y atacados por la guardia pretoriana del Amo y Señor, como D. Pepiño, D. Alfredo, Dña. Leire… e incluso el otrora derrotado y vilipendiado D. José, del que nunca sabemos dónde asienta sus reales.

D. Tomás, Barón de Parla puede alcanzar el marquesado madrileño. Pero, de momento, como antes hiciera Pedro el ermitaño, ha conseguido levantar a la masa socialista madrileña y española al grito de “la dignidad lo vale”. Eso sí, el bueno de Pedro fue masacrado, aunque con honor. Veremos como acaba D. Tomás; porque ya se sabe: el peor enemigo es quien se dice tu amigo. Cuídate, amigo.



domingo, 5 de septiembre de 2010

D. TOMÁS DEBE DECIDIRSE

D. Tomás, Barón de Parla, ha presentado hoy su candidatura como candidato a cabeza de lista del PSM a la Comunidad de Madrid. En la sede de UGT (qué curioso, ahora que el sindicato prebendero está levantado en armas contra el socialismo zapateril), quizá como un guiño, y su discurso, muy populista, estuvo precedido por el de Dña. Matilde y D. Juan.

Dña. Matilde estuviste exquisita. Veterana socialista, expresasteis vuestro apoyo al Barón de Parla con el mismo gracejo que explicabáis porque no lo dabas a la ministra del timo de las vacunas. Habláste de la vuelta al socialismo de D. Alfonso el sevillano, y de que D. Tomás era futuro. Por cierto nada de ZP.

D. Juan ex alcalde de la Villa y Corte (sigue viviendo del ex) estuviste mucho más populista, y apoyando al barón parleño, arremetisteis con fuerza contra el PP (¿no hablamos de primarias socialistas?) Lo peor es que comparasteis e igualasteis a D. Tomás con el inquilino del Palacio monclovita, el bancario.

Barón, arengado por vuestras mesnadas, sonreíais como si no os lo creyerais, y hablasteis de muchas cosas, pero también embestisteis contra la Marquesa de Madrid narrando sus miserias y nombrándola por sus títulos nobiliarios en lugar de por su cargo democráticamente ganado de Presidenta de la Comunidad de Madrid.

Expusisteis lugares y personas como ejemplo; Bien; comparándolo con lo que, a vuestro entender, son las miserias políticas de la Marquesa. Bien. Pero en ciertos detalles debéis ser prudente. Cuando se está en la puerta de la oposición, se tiene que tener cuidado con las palabras porque después, si se alcanza el trono, se pueden volver en contra por incapacidad de cumplir o por echarse atrás (donde dije digo, digo diego) Eso es algo corriente en el Palacio monclovita; por cierto, vuestro Señor.

Y a esto vamos.

D. Tomás debería aclararse. Posiblemente mintiera hoy porque comentó que ZP le apoya (no se lo cree nadie) y que de la ya celebérrima reunión entre ambos (la primera la suspendió el Príncipe de la mentira porque no quiere apoyar al Barón) salió la democracia. No. Lo que ha salido es la justicia, la ley, y la libertad de los afiliados del PSM a decidir; todo ello pese a la crítica, lucha y piedras en el camino que el Príncipe mentiroso y amigo de los bancos y su balido (y auténtico mandamás del partido después del Señor indiscutible) le están poniendo al Barón.

Las cosas claras, D. Tomás. Queremos y exigimos la verdad. Si no os apoya el Palacio monclovita ni el castillo ferrazino, se dice y en paz, porque a vos le apoya el Pueblo; sus mesnadas. Y esto, como bien decís, es lo importante.

Pero lo peligroso es hacer camino con el enemigo. El Barón ha sellado hoy, oficial y firmemente su unión indisoluble con el príncipe mentiroso. Y esto es peligroso. Lo es por dos motivos. Primero porque las ideas de ambos son diametralmente opuestas. Uno, el príncipe, es amigo de banqueros y empresarios y enemigo de los sindicatos; excepto los amigotes prebenderos. Y el Barón es amigo de la clase obrera. Segundo, porque el Barón fue un excelente alcalde/gobernante de su feudo, lo elevó, modernizo, le dio lustre y abolengo, haciendo que sus caballeros se comportaran con el Pueblo con afán de servicio y humildad. Mientras que el Príncipe engañador es el peor gobernante que este reino haya tenido, y mientras ofrece miles de millones a los banqueros, da limosnas a los parados, por ejemplo; o engaña y traiciona a todos, amigos y enemigos, vendiendo al asedio a sus compañeros de armas, como a D. Patxi, conde vascuence, a quien está traicionando, ni más ni menos, con la derecha más rancia del país: el PNV (independentistas, cristianos y burgueses) Son dos formas de sentir la política. Y si D. Tomás ofrece pleitesía al Príncipe monclovita, estará vendido y asediado constantemente; y cuando caiga ZP, él caerá.

Además, hay otro motivo para que el Barón vele armas con sus caballeros. La batalla que se avecina no es por las Primarias, exclusivamente, sino por el día después; sobre todo porque D. Tomás comienza a tener serías posibilidades de ganar a la Marquesa. Y esto es chirriar de dientes en el Palacio ferrazino.

Si D. Tomás vence a Dña. Esperanza, sobrevendrán su auténtico peligros: el propio ZP, porque el barón sería, junto al conde vascuence un claro candidato a dirigir el PSOE. La CAM sería un estupendo ariete y catapulta para alcanzar el Palacio monclovita; lo que para el Príncipe tramposo es su mayor pesadilla (junto con la figura en alza de D. Patxi) Porque sería un válido rival y contendiente; porque el Barón D. Tomás puede dirigir el marquesado de Madrid estupendamente, como hizo en la baronía parleña, y eso es mucho más que sombra a ZP, es constatar que el PSOE tiene futuro.

Por eso los bufones monclovitas, dirigidos por los dos vicepresidentes reales: D. Pepiño el balido y D. Alfredo el incumplidor, están levantando el asedio al Barón, con todas las armas a su alcance: las encuestas, las mentiras, los ex afiliados mostoleños, presentando a una incapaz política como Dña. Trinidad…

Por todo ello, D. Tomás ha de aclararse. Muchas personas, socialistas o no, están viendo en él un cambio de la izquierda (no del centro-izquierda zapateril) un personaje capaz de devolver la esperanza a las clases humildes, un gestor educado, honrado y veraz. Pero todo ello es incompatible con la foto sonriente junto al Príncipe monclovita. Y si el miedo y veneración al líder supone la rendición, D. Tomás no sería la persona.